El papel clave de la tecnología en el apoyo a las instituciones de educación superior para atraer y retener a los estudiantes.
¿La educación a distancia es mejor o peor que la educación presencial? Sepa que este interrogante ya quedó en el pasado. Una pregunta más productiva sería cómo utilizar la tecnología en la educación para mantener activo su negocio y brindar a los estudiantes el servicio que necesitan y desean.
El mundo actual plantea retos a las escuelas y universidades, los cuales solo pueden resolverse con la incorporación de la tecnología a los planes de estudio. La gran competencia entre instituciones, el retraso de ciertos grupos de estudiantes en el período pospandémico, un nuevo perfil de estudiante que quiere atención personalizada, y un mercado laboral que exige cada vez más habilidades y competencias son algunas de las cuestiones que preocupan tanto a gerentes como a docentes. A todo esto sumamos la nueva enseñanza de nivel medio, que les permitirá a los estudiantes elegir materias optativas a partir de los 15 años, una opción que probablemente se presente en las universidades muy pronto.
¿Cómo se pueden resolver problemas tan diversos para lograr atraer y retener a los estudiantes en su institución? Si bien son distintos, todos estos retos pueden abordarse de alguna manera haciendo uso de la tecnología educativa. Al fin y al cabo, siempre es más fácil atraer y retener a los estudiantes cuando se sabe bien lo que quieren y se les ofrece exactamente eso. La buena noticia es que la tecnología educativa de vanguardia puede ayudar en gran medida a resolver el reto que representa el hecho de poder conectar con los estudiantes, identificar sus preferencias de estudio, sus dificultades, sus necesidades y deseos, y ofrecerles exactamente lo que necesitan para alcanzar sus objetivos de forma rápida y objetiva.
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En un mundo digital como el nuestro, las personas quieren sentirse reconocidas. La gente tiene cada vez menos paciencia y energía para prestar atención a la información que no le concierne. En el área educativa, por ejemplo, es muy incómodo para un estudiante escuchar advertencias del tipo “a toda la clase le fue mal en el examen” (en persona o por escrito) cuando, en realidad, ha estudiado y se ha esforzado y quiere saber qué es lo que ha hecho bien y en qué puede mejorar. Además, tanto los estudiantes como sus padres no quieren recibir comunicaciones que no estén relacionadas con su curso, como por ejemplo la fecha y hora de la fiesta o el examen de otra clase. Con las tecnologías de personalización del aprendizaje y la comunicación, el docente y el administrador pueden, de forma automatizada, enviar avisos individuales a los estudiantes, quienes agradecen que la institución los entienda y que solo les envíe información relevante sobre su rendimiento académico y sus rutinas en la institución.
Además de que es grato sentirse comprendido, hoy en día hay que aprender mucho y rápido. Con la tecnología adecuada, su institución puede ofrecer diagnósticos sobre el material que el estudiante ya domina y liberarlo de tener que estudiar varias veces lo que ya sabe para así poder enfrentarse al reto que importa: aprender siempre algo nuevo. Mejor aún es poder comunicárselo: “Felicitaciones Juan, ya dominas X habilidad, ahora pasa a la Y. ¡Tú puedes!”.
Con las tecnologías que permiten visualizar las exigencias de los estudiantes, es posible enviar “rutas” personalizadas dentro de una asignatura: los estudiantes que necesitan apoyo pueden recibirlo en forma de contenidos digitales o incluso de reuniones individuales con tutores; y los que quieren ir más allá también pueden recibir materiales de estudio y sugerencias que respondan a sus necesidades.
Así es como se utiliza la tecnología para personalizar el aprendizaje: el estudiante siente que está aprendiendo lo que quiere y necesita, y además gana tiempo. Se da cuenta de la enorme diferencia que marca estar en una institución que lo conoce y lo ayuda a alcanzar sus objetivos personales. Las tecnologías de personalización del aprendizaje pueden utilizarse dentro de una materia o incluso para motivar a los estudiantes a cursar materias optativas y ver cuáles les resultan más interesantes.
En un mundo en el que el tenemos un acceso sumamente rápido a la información, nadie tiene paciencia para esperar días, semanas o meses para obtener el resultado de una evaluación. Con los recursos tecnológicos se puede ofrecer una evaluación automática, o herramientas para que el docente evalúe mejor y con más agilidad, pudiendo incluso enviar mensajes de video y voz a sus estudiantes y hacer anotaciones en sus textos. Y, por supuesto, sin tener que dedicar ni un minuto de su valioso tiempo a anotar calificaciones en múltiples formularios o a asignar la misma calificación a diferentes miembros de un grupo de forma individual.
En un entorno repleto de opciones, donde todo el mundo se enfrentará a la necesidad de un aprendizaje permanente, ¿cómo puede ofrecer todo lo que sus estudiantes desean aprender sin el apoyo de la tecnología? ¿Tiene su institución los docentes necesarios para enseñar todo lo que sus estudiantes quieran aprender? ¿Programación, lenguas extranjeras, espíritu empresarial, liderazgo o incluso literatura griega e historia del arte? ¿Cuentan sus docentes con un nivel de excelencia para enseñar cada una de estas áreas? ¿No es mejor poder ofrecer parte del plan de estudios en línea precisamente para satisfacer las demandas específicas de los estudiantes? De esta manera, ellos arman sus planes de estudios, incorporando contenidos de todos los socios que su institución logre conseguir, y usted se encarga del seguimiento y la tutoría, en lugar de simplemente entregarlo a otro proveedor de contenidos y cursos.
Con la oferta de itinerarios formativos y materias optativas en la enseñanza de nivel medio ―y la consiguiente demanda de mayor libertad en la educación superior― las instituciones que logren ofrecer más opciones de calidad y relevancia para sus estudiantes tendrán más facilidad para atraerlos. ¿Su institución está preparada para esta demanda cada vez más específica? ¿Qué están haciendo sus competidores?
La transformación digital consiste en prepararse para hacerle frente a un mundo que está cambiando rápidamente y de ser capaces de afrontar los retos más inesperados. Esta transformación potencia a las instituciones precisamente porque las ayuda a conectar con sus clientes y entenderlos. Conecte con sus estudiantes y acompáñelos en su viaje de aprendizaje durante muchos, muchos años. ¡Y quizá incluso durante toda la vida! Deje que el mundo cambie las veces que quiera: su institución seguirá al lado de sus estudiantes y, más tarde, de sus hijos y nietos.
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